martes, 22 de enero de 2013

Una mañana cualquiera.


Aquel día hacia frió  mucho. Me levante de la cama con gran ímpetu y actitud, hoy estaba deseando hacer algo que mereciera la pena. Avanzaba con cierta lentitud, quitándome las legañas de mi cara. Me impedían ver con claridad. La luz del sol aclaraba toda la habitación, una vez mas me había despertado el amanecer. No me importaba, solo me molestaba un poco. Era sábado y yo podría estar durmiendo en mi cama hasta que me diera la gana. Hoy no trabajo,porque esta nevando, por lo tanto las carreteras estarán sepultadas. Lo único que podía hacer era dar una vuelta con la cámara, si adoro la fotografía. Me vestí tranquilamente después de desayunar, no sabía ni que ponerme, así que opte por lo mas cómodo. No iba a tardar demasiado, volvería pronto, esta claro. Baje a la calle y todo estaba blanco, la nieve había cuajado. Tuve un impulso muy fuerte de correr y tirarme hacia ella, aunque el suelo estuviera frió. Me recordaba a mi infancia. De pequeño solíamos jugar a tirarnos bolas de nieve, y a hacer muñecos o por lo menos lo intentábamos. Yo era incapaz de hacerlo. Sonreí al instante y continué con el paseo. Cuando llegue al parque, me senté en uno de los bancos que no estaba cubierto de nieve. Mientras leía la fascinante historia de 'Todos los días de mi vida' , paso una chica por los alrededores. Parecía guapa, llevaba el pelo rubio con un gorro blanco de pompón . Casi me muero de la risa, pero me mordí el labio y me contuve. Cuando paso me miro y me sonrió. No era muy dado a que la gente hiciera eso conmigo, por eso me extrañe. ¿Me había visto algo a mi? Imposible Pablo, no pienses en tonterías. Se alejo en pocos minutos, y en ese momento pensé algo muy estúpido  ¿Y si es una chica interesante? Me daban ganas de ir corriendo a decirla algo, resultaría un poco chocante, ¿no creéis? Estas paseando por el parque y de repente alguien con pinta de lunático te pregunta si quieres tomarte un café con ella. Demasiado surrealista para ser cierto.  Ya tenia una 'rayada mental' para todo el día, eso seguro. Cuando llegue a casa me abatalle a preguntas a mi mismo, pero no en alto, si no parecería un loco. ¿Que hubiera pasado si me hubiera acercado? ¿ Podríamos haber conectado? Me tire un buen rato así, tanto que acabe agotado de pensar en ello. Seguí leyendo el libro con entusiasmo, total no tenia nada mejor que hacer. El libro es interesante, de verdad. La historia cuenta como un matrimonio tiene un accidente de trafico, en el cual la mujer pierde la memoria. Es una cosa de locos, pero cierta. El caso es que el chico esta intentando enamorarla de nuevo lo cual veo difícil . Me he quedado en ese apéndice. El caso es que según lo iba leyendo descubrí una frase muy interesante.

         'Somos la suma de una serie de consecuencias'. 

Volví a leerla, una y otra vez. No le encontraba el sentido a la frase. De repente me acorde de aquella chica. Si esa chica, de la que os he hablado antes. Pensé en ello, y la pude entender. Si yo la hubiera hablado, puede que nos hubiéramos conocido mas. Podríamos haber quedado, conocer nuestros gustos, aficiones... Una cosa conlleva a la otra, es decir una consecuencia continua. Si yo hago esto, tendré una consecuencia buena o mala, que conllevara a otra, ¿interesante, verdad?  Para que luego digan que no aprendemos cosas nunca.