sábado, 9 de junio de 2012

La vida son etapas y todo se paga a plazos.


Dicen que somos jóvenes, que somos arrogantes y en ocasiones ridículos. A veces excesivos e imprudentes, y por supuesto no tenemos razón. Pero como he dicho al principio, somos jóvenes, estamos en una etapa en la cual nada nos cuadra. Es una de las peores, se nos junta todo, las jodidas hormonas que son desbordantes y que nos propician a hacer cosas indecisas, pero por qué no hacerlo, lo prohibido es tentador, y las reglas están para romperlas. Somos unos inmaduros, si, tanto las tías como los tíos, no sabemos lo que queremos, unas veces cariño, otras veces mimos y otras tantas una satisfacción. Y cuando queremos algo, no sabemos ni cuando lo queremos, si ya, o mas tarde porque no estoy preparado y mis ideas no están del todo claras, claro es que tengo, cuántos años, 15,¿no? en efecto, mis ideas cambian cada dos por tres, como el tiempo, unas veces frio y otras calor. También están los exámenes, los estudios, oh espera, no queremos estudiar ahora, pero sabemos que es nuestro futuro, pero mi presente es disfrutar porque un día de estos puede ser el ultimo, y yo soy de esos que aprovechan el ultimo segundo, aunque sea escribiendo sus ideas, lo cual desahoga bastante, la verdad. Y nuestra bipolaridad aumenta por día, podemos ser bordes pero a la vez los mejores del mundo. Somos así, y por qué no equivocarse, por que no hacer locuras, ya habrá tiempo de rectificar y aprender del error, porque no se aprende sin haber cometido un fallo antes. Actuamos sin pensar, porque somos impulsivos. Por qué no subir a la puta nube de la ilusión, y luego darse la hostia, es peor que un deporte de riesgo, pero ayuda. Nunca estamos tranquilos, siempre con la guardia alta, porque también nos ataca el amor, cupido no se puede estar quieto ni un puto momento, no chicos, siempre nos intenta joder, o hacernos el bien. Mas a menudo la primera, pero no es malo, porque nos hace aprender, nos hace fuerte o en ocasiones nos hace inmune al amor. Porque yo tampoco quiero empacharme, no quiero vomitar mariposas ni nada por el estilo. Y si, hoy puedo ser frio y mañana calor, hoy puedo ser inmaduro y al día siguiente no, pero es lo que hay. Por lo tanto, vive, cagala, combina el rojo con el naranja aunque parezcas gilipollas, rápate el pelo al cero, porque luego acaba creciendo, da igual porque mas tarde aprenderás, y disfrutaras de todo esto.

viernes, 1 de junio de 2012

La avaricia, rompe el saco.

Él se creía el rey del mundo, creía que con su corona dominaba el mundo entero. No era estúpido, sabía que con mover un pie y andar, en menos de un segundo,todas las chicas acudían detrás de él, aclamándole y tratando le como realmente pensaban que se merecía . Era un insensato con corazón de piedra, pendiente de tirarse a todo lo que se movía por allí. No creía en el amor, no sabia lo que era eso ni los sentimientos que con llevaba. Tampoco sabia lo que era estar pensando toda una maldita noche en alguien, y no se preguntaba porque había personas que lloraba cada amanecer al no tener a esa persona a su lado. Esta claro, el ego se le había subido a la cabeza convirtiéndole en algo extraño. Se veía como un monstruo, aunque tenia toda la belleza del mundo. No sabia el camino que le podía deparar esto, porque todo se había vuelto negro, sin una pequeña luz que le salvara. Algo le había atrapado, y había quedado enganchado a sus redes. Pero su inevitable deseo le pedía mucho más, era un insaciable capaz de hacer cualquier cosa por seguir con esto, aunque por dentro estaba reventado, odioso, queriendo salir de esa cárcel que le impedía sentir muchas cosas. El no sabía lo que era la palabra " te quiero" no entraba en su vocabulario, sin embargo el " aquí te pillo, aquí te follo" se lo sabía de memoria, como un padre nuestro, como algo rutinario... Y el maldito vació que sentía era enorme, como el universo,de una expansión demasiado grande, y el problema era que no sabía como llenarlo... Porque sus camisas y sus americanas cada día estaban mas desgastadas, como su alma, ya no era el típico que se comía el mundo cada día... de hecho el mundo se le había quedado demasiado grande..Todo esto era totalmente distinto, una vuelta de tuerca,  lo peor es que contagiaba a los demás como un virus que se expande cada día... pero este extraño sentimiento abstracto era la codicia, capaz de arrasar con todo lo que pasa por delante, sin tener dos dedos de frente y mirar lo que realmente le estaba haciendo daño.