domingo, 15 de febrero de 2015

Cicatrices con sabor a nostalgia.

No seré yo.
No seré yola cuerda que te ate
Ni la bala perdida que se encuentre con tu corazón esta noche
No seré yo el sueño que te hará volar de madrugada
Ni la delicada tinta  
que hoy decida emborronarse 
en tu estúpida historia
No seré yo hasta que rompas estas cadenas
y me susurres al oído
que vuelvo a oler a libertad
que me queda bien el negro
y que Madrid es más bonito 
cuando nos fundimos paseando por sus calles
No seré yo 
porque me falta alguien
para poder ser historia
No seré yo
porque sin ti
mi estúpido poeta de bar de carretera
no hay final 
por el que valga la pena arriesgarse

II.
No fuimos los reyes del Rock n'Roll, ni hicimos una banda sonora de nuestra tétrica historia. No te invite a bailar un vals en ninguna fiesta de fin de curso, porque, para qué mentirte, era más divertido bailar con el miedo que envolvía tu interior.Nunca fuimos dos apasionados del jazz, aunque nuestros besos eléctricos tenían cierta musicalidad; pero lejos de eso, la música no fue nuestro fuerte, ni el piano volvió a amenizar más mis madrugadas.Nos movimos al ritmo del swing, pero siempre fue el alcohol el que hizo marearme entre tanta vuelta. Como he dicho, no fuimos los reyes, ni salvamos a la reina, pero al menos, fuimos música durante unos años, fuimos arte. Sin embargo, nadie nunca se atrevió a componer algo tan horripilante.



III.

A pesar de que fuera invierno llovía torrencialmente. Caían luminosos rayos, y los gatos maullaban al son del claxon de los coches. La luna llena guardaba silencio durante la madrugada y aquellos hombres lobo de los que nos hablaban en los cuentos se dedicaban a buscar a sus caperucitas en clubs de alterne. 
El polvo de las hadas seguía siendo mágico pero ya no nos hacía volar tanto como antes.Todo cambiaba de madrugada, hasta nosotros cambiábamos los mordiscos en nuestros cuellos por besos con sabor a tequila del malo, de ese que te deja con dolor de cabeza al día siguiente.
Y aunque ardía, no superaba la llama que desprendía nuestra química cuando nuestros cuerpos se fundían.A mí me llamaron caos, y a ti cordura, y no entiendo por qué, porque yo ya estaba ordenado, y tú, todavía, seguías siendo presa de tu propia locura.


IV

Todavía sigo viendo cabezas agachadas
miradas tristes y miedos guardados
en metafóricos armarios.
Las críticas son como cuchillos afilados
se clavan en la espalda
y una vez que impactan
faltan cojones para curarse semejante herida.
Estamos inmersos en una sociedad 
de comentarios, y prejuicios,
de ataques, y agresiones.
Qué estúpido fue aquel que dijo
que el amor entendía de géneros 
y no, de corazones
No busquéis amenazas o risas
no las encontrareis
pues esta injusticia 
sigue pasando desapercibida
por los rincones de nuestras calles.
He oído que el mundo esta avanzando,
que las cabezas han empezado a pensar por si solas
pero nadie se ha dado cuenta, de que para ellos
el gay sigue siendo el débil
y la rara, la lesbiana.
Nunca olvidéis que las mentes vacías
no pueden presumir de estar llenasde tolerancia.
Seguiremos estancados en pensamientos clasicistas del siglo doce
pero, como bien dicen
 hoy estamos haciendo historia
con nuestros versos y nuestros poemas
porque por mucha injusticia que haya 
siempre quedaremos los locos 
que entre verso y verso,
demostramos que todos somos humanos
y que no hay mayor derecho
que el de poder amarse
el uno, al otro.      

                                
V. Monstruo

Me atrevería a contarte que desde hace tiempo has llenado mis madrugadas de versos tristes, y de sueños que se han vuelto grises. Me atrevería a confesarte que siempre fuiste mi ruina preferida, porque por muy roto que estuvieras, siempre estuve dispuesto a encontrar ese pedazo de alma que seguía sepultado junto a tus restos.
Me atrevería a tirarte de la camisa para juntar tu pecho contra el mi, y así susurrarte al oído que hacer el amor es más bonito cuando suena música de fondo.
Me atrevería a tirarme por tu abismo. Sin cuerdas ni paracaídas,porque como bien sabes soy el apasionado de los riesgos,y de las emociones fuertes.
Me atrevería a montarme en esa montaña rusa a la que has llamado “vida”,me tiraría por ella contigo, a pesar de las subidas y  de las caídas. Me atrevería a huir lejos de esta sucia ciudad. Empezaría de cero porque solo así, recuperaría algo de aquel chico que una vez fui.
Un chico que tenía un futuro incierto por culpa de unos pájaros que revoloteaban de un lugar a otro en su enredada mente.
Me atrevería a decirte que no hay mayor placer que el de sentirme astronauta cuando recorro con la punta de mi lengua tus pequeños lunares.
¿Sabes qué?Hoy, hoy me atrevería a quererte. Me atrevería a encerrar al miedo que sigue viviendo dentro de mí.Me atrevería a decir que he vuelto a amar,pero me mentiría.
Hace años deseché mi sentimientos, y los sellé en una caja, creando así una criatura que no albergaba corazón posible.
Poco recuerdo de lo que era mi vida cuando fui humano.El tiempo ha pasado, el frío ha llegado y yo, yo sigo siendo más demonio que ángel,más oscuridad que luz,más infierno que paraíso... y mucho más yo, que tú.


VI. Miedo

 Hoy me ha visitado alguien que todavía no conozco. He hablado con él y entre susurros me ha dicho que los monstruos ya no duermen debajo de mi cama. Hace unos días huyeron y desde entonces no les he vuelto a escuchar.
Salgo a la calle, y entre una multitud solo puedo distinguir a alguien familiar. Ha estado en mis sueños y en mis más oscuras pesadillas.Ando por la ciudad desorientado. El ruido de los coches me descoloca las ideas, y hace que me piten los oídos. 
Vuelven a aparecer los insultos, los comentarios absurdos y los afilados cuchillos que me hacen replantearme si no estoy muerto ya.
Mi dia a dia es el infierno del que muchos habéis hablado, y las personas, los verdaderos monstruos que hace días salieron de debajo de mi cama.

VII.
Veintitrés de noviembre del 2013
Me encuentro solo, 
he apagado la radio 
y he bajado todas las persianas de mi pequeña habitación.
Respiro con fuerza para poder tranquilizarme.
No funciona.
La soledad sigue presionando mi pecho,
cada vez con más y más fuerza.
Una lágrima cae por mi desnuda mejilla.
Esta fría, tanto como mi piel
pero nunca tan helada como la capa que cubre mi corazón.
Me levanto con cuidado 
y miro mi rostro en el espejo.
Es espeluznante, duele.
Duele verse así.
Podría tapar con una venda mis ojos,
cerrarlos y fingir que no ha pasado nada.
Soy experto en curar heridas de bala,
pero sigo siendo principiante en abrir los ojos
cuando la realidad me da una bofetada.
La sangre recorre mi espalda, 
se desliza suavemente por toda ella.
Alguien me ha cortado, 
y no lo dudo ni un segundo,
pues puedo ver como las alas que siempre tuve pegadas a mi espalda habían desaparecido.
Levanto mis manos llevándolas a mis ojos.
¿Cómo voy a poder sobrevivir sin la única cosa 
que me liberaba de esta mierda del mundo?
¿Cómo puede sobrevivir un escritor sin ese ángel llamado imaginación?
¿Cómo puede alguien hacer frente al día a día 
cuando solo queda un mundo en el que vivir 
porque tu fantasía se ha muerto cuando te quitaron esas alas?
¿Cómo ser fuerte cuando ni los dioses
ni los titanes pueden pelear con la soledad?
Mi pregunta sigue siendo cómo
y mi respuesta,
 no es otra cosa
que un suspiro
acompañado de una lagrima.


VIII.

Una vez me llamaron escritor,
todavía sigo pensando que ese hombre se equivocó,
yo solo soy un loco que escribe lo que grita su corazón.
Una vez se atrevieron a llamarme poeta
y cuando oí esas palabras,
algo reacciono en mi interior,
No sé si fue miedo o preocupación
solo sé que el mundo a veces me sigue quedando un tanto grande.
He muerto varias veces en mis historias
pero siempre hubo alguien que quiso revivirme
entre versos y entre poemas recitados
desde lo más profundo de su corazón.
¿Quién querría ser artista?
¿Quién podría medirse con los cuadros de Goya
o las esculturas del grandísimo Miguel Angel?
¿Quién podría medirse con los versos de Becquer
o con los sueños de Calderon de la Barca?
¿Quién podría volver a ser Fidias
 para levantar un panteón que siempre fueron ruinas convertidas en piedras?
Quién, 
o mejor dicho,
qué arte podría medirse
con los versos que recita un triste poeta
cuando tiene una herida que ya no sabe como curarse.